Copa del Rey

Atlético de Madrid

Monserga interminable

La Razón
La RazónLa Razón

Hace un par de meses, todavía en 2016, la decisión estaba tomada: la final de Copa 2017 sería en el Calderón. Clausura idónea para un inminente cambio de domicilio. Entonces no estaba garantizada la presencia del Atlético en ese partido histórico y ha sido el Barcelona, con la presunta connivencia de Gil Manzano y la objetable puntería del rival, el que ha enfriado el ambiente rojiblanco, hasta el punto de que ni siquiera los seguidores atléticos se adhieren al plan. Preferirían otro broche para su estadio, ya que en ese encuentro entre Alavés y Barça pintan menos que la Tomasa en los títeres. A esta incomprensible desazón se ha unido la polémica anual que afecta vergonzosamente a este torneo.

Querejeta, dueño del Alavés, ha sugerido que la final podría celebrarse en San Mamés, un recinto que han pagado todos los vascos y con una capacidad similar a la del Calderón. El Athletic ha dicho que nones porque el 30 de mayo, tres días después del partido, hay concierto de Guns N’ Roses. En el Barça no han abierto la boca oficialmente, pero, al olor de las sardinas, Don Gato ha resucitado y la cansina costumbre de tocar los cataplines al Real Madrid ha renovado votos. Joan Gaspart ha sido el primero en meter el dedo en la llaga y Florentino, en respuesta a la ola que se está formando, ha zanjado la cuestión: «Hay obras en el Bernabéu». Y vuelta la burra al trigo, como cada año, la misma historia de siempre.

No estaría de más designar un campo cuando se hace el calendario, o filmar la última secuencia a doble partido, dado que el interés del torneo aumenta a medida que se acerca la final. ¡Ya está bien de monsergas!