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Mou-De-Gea

La Razón
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El Madrid disfruta de un fantástico portero, Keylor Navas, y de un relevo de garantías, Kiko Casilla; pero quiere más. Desde que Florentino Pérez accedió a la presidencia del mejor club del siglo XX, contratar una figura de relumbrón cada pretemporada se toma por obligación. Por eso no se han olvidado de David de Gea, a un fax de haberse convertido en el guardián del Bernabéu.

Hace un año el fichaje no cuajó por diversas y muy rocambolescas circunstancias cuando estaban atados todos los flecos. De Gea venció la resistencia de Van Gaal; mejor dicho, el jugador se enfrentó al entrenador y le anunció que su destino era Madrid y que haría el traslado por encima de su cadáver. Es un decir. Avisó al casero para que colocara el cartel de se alquila en su residencia mientras Edurne buscaba chalet en la capital. Enredó Van Gaal todo lo que pudo para no dejarle partir y se firmaron entre las partes cláusulas de complicidad, más que de compromiso, puesto que al no cumplir el Madrid tendría que haberle abonado cinco millones netos y consta que ni él los cobró ni la tesorería los abonó. Una vez anunciada la ruptura en Old Trafford y tras prorrogar mes a mes el alquiler en Mánchester, al cierre del mercado, en el último minuto, un fax reventó la operación. En Valdebebas, Benítez consolaba a Keylor, durante horas portero del United, y De Gea se consumía de ansiedad en Inglaterra; luego, al frustrarse el traspaso, el enfado ocupó el lugar de la angustia y Van Gaal salió vencedor del torneo.

Ahora el obstáculo para que De Gea y Florentino Pérez cumplan ese anhelo común atiende por Mourinho. El nuevo responsable técnico del club con más embrujo del mundo, que vino a decir Mou el día de su presentación, le ha comunicado a De Gea que cuenta con él y a los Glazer que el portero no se vende. No ha llegado el verano y ha empezado el culebrón. ¿Quién ganará, Florentino, Mou o el fax? Hagan sus apuestas. No va más.