Cataluña
Ni un día más
Nadie podía imaginar un escenario político con el representante ordinario del Estado en una comunidad autónoma, actuando como el instigador o ejecutor de acciones de desobediencia y boicoteo del correcto funcionamiento de las instituciones bajo su autoridad.
El Sr. Torra ha descalificado al juez y a la Guardia Civil en su actuación antiterrorista y llamado desde el Parlament a la desobediencia civil si no resultan absueltos los políticos juzgados. Ha instado a los CDR a «apretar» en sus acciones para doblegar al Estado y se ha reído de la justicia al ignorar las órdenes del TSJC que le juzgará por desobediencia, venciendo además hoy la orden de la JEC por el uso partidista del patrimonio inmueble de la Generalitat.
Sé muy bien que la situación es delicada, que pronto se conocerá la sentencia del TS, y que nos encontramos en precampaña electoral, pero el despropósito que vive Cataluña es de tal magnitud, que se hace necesario que la autoridad y legalidad constitucionales se apliquen con la contundencia que el caso exige. Estamos acostumbrándonos a considerar como «normal» lo que es profundamente anormal e ilegal, una situación kafkiana y esperpéntica que está causando un grave daño al sistema de convivencia recogido en el pacto constitucional. Por la dignidad de nuestras instituciones, por el bien común de la convivencia, y por el respeto a la ley, ese señor no debería seguir siendo el representante máximo del Estado en Cataluña ni un día más.
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