Cristina López Schlichting

No es verdad

¿Debe una madre morir por su hijo? Pues es hermoso... pero no exigible. Habrá madres que lo hagan y otras que no. Y no hay autoridad moral para reprochárselo a las segundas. Pero no es el caso de la mujer embarazada de El Salvador. Beatriz padece un lupus eritematoso con disfunción renal, que tiene pronóstico grave y más en el embarazo, pero es posible salvar a madre y a hijo en dicha situación. Lo atestigua Eduardo Úcar, responsable de la Unidad de Lupus y Embarazo del Hospital de Basurto (Bilbao), máxima autoridad en España, que tiene tasas de éxito sorprendentes. Según el doctor, la indicación terapeútica es «información minuciosa a la madre y control exhaustivo y diario del caso», como han señalado los especialistas que han concurrido en El Salvador ante el Tribunal Constitucional. Nadie negaría tampoco tratamientos extenuantes o agresivos para el feto, porque todo el mundo entiende que salvar a la madre es prioridad. Lo que hace difícil y excepcional la situación es que el niño que espera Beatriz está enfermo también y puede morir. Casualmente tengo cerca un caso así, el de unos amigos de Madrid a los que se les diagnosticó la falta de cerebro (anencefalia) del feto y se les propuso el aborto. Javier y su mujer apostaron por seguir adelante: «Nos dijeron que el niño fallecería al poco de nacer y pensamos que era nuestro hijo y tenía derecho a morir en brazos de sus papás». La niña se llamó María y actualmente tiene ocho años, una plusmarca de supervivencia. No anda ni habla ni ve, no tiene autonomía alguna, pero es una de las niñas más hermosas que he visto. Sus dos hermanos la adoran y cuando la acaricias, sonríe. Me dicen que amar así es heroico y no se puede imponer. Lo acepto. Pero lo que me pregunto es si tenemos derecho a sentenciar la vida de María y los niños como ella, que podrían ser dados en adopción. ¿Lo que una madre lleva en el útero es basura o algo digno de respeto, por enfermo que esté? Ésa es la cuestión. Ya supongo que proponer a mis amigos como ejemplo no cala hoy en día. Parece que lo mejor es que Beatriz aborte, porque su embarazo no «sirve» para nada, como para nada «sirve» María. El de El Salvador es un caso médico arduo y moralmente difícil, pero no es límite. No es el de la vida de la madre contra la del hijo, como se ha querido presentar, sino manipulación mediática interesada.