Julián García Candau

No habrá paz

No habrá paz
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Florentino Pérez pide árnica. Ha solicitado paz y tranquilidad en sus huestes aunque le va a resultar difícil conseguir que exista buena convivencia entre futbolistas y entrenador. Éste seguirá sacando los pies del tiesto porque, definitivamente, ha tomado la deriva de la confusión. Está poniendo a los jugadores en la tesitura de mandarle a cazar gamusinos. La Liga no tiene remedio, pero al Madrid le queda la opción de ganar la Copa del Rey, que puede ser consuelo por las pérdidas en Ligas española y europea.

Un buen amigo me preguntaba ayer si tal y como se está presentando la final de Copa no puede acabar en «Maracanazo». Catorce años sin ganar es espina que desean sacarse todos los atléticos. A los madridistas les apetece ganar, a los jugadores más que a nadie y no por servirle en bandeja una satisfacción a su técnico, sino por echarle en cara que, sin necesidad de insultantes soflamas, son capaces de ganar un título y, eso sí, posiblemente, jugando a su manera.

Tengo la impresión de que, como ha sucedido en múltiples ocasiones, los jugadores terminarán por reunirse al margen de los técnicos para conjurarse y dar a los suyos la satisfacción del año. Las declaraciones de Mourinho, que sigue cargando sobre Casillas, son ya un perverso recurso dialéctico, que quiere ser muestra de ecuanimidad aunque es signo de mala conciencia. Es el modo de justificar lo injustificable. Diego es gran portero y podría ser titular del equipo, pero Mourinho, ninguneando constantemente a Casillas, también le resta méritos. Quiere irse poniendo pies en pared.

Posdata. ¡Socorro! Amenaza con seguir.