Caso Nóos
Nóos sobran los motivos
Sentencia del caso Nóos, este viernes. Lo recuerdo y me estreso: Cristina de Borbón, absuelta. Su marido, seis años de cárcel. Estallan los titulares al mediodía. En Antena 3 Noticias nos propusimos desde un primer momento contar los datos que teníamos del fallo judicial con el máximo rigor. Estuvimos en todos los puntos que emanaban informaciones a las tres de la tarde. Salimos exhaustos de la tele, satisfechos. Tratándose de una sentencia que, de alguna manera, involucraba a la Casa Real, creo que ofrecimos una disección de los hechos honesta y neutra, sin caer en la tentación del amarillismo o en la opinión manipuladora. Pero luego existen otros formatos televisivos y radiofónicos con objetivos muy diferentes. Que levante la mano quien no haya visto este fin de semana a tertulianos en tal o cual programa, incluso en la crónica rosa, sentando cátedra alegremente sin haberse leído ni uno solo de los 741 folios de Nóos. Elevando su opinión a hecho incuestionable, expandiendo sus creencias, sugiriendo que en España no hay que esperar nada de la justicia, echando por tierra el trabajo de hormiga de tres magistradas. ¿Alguien me puede explicar por qué para algunos tiene más peso el criterio de un fiscal Horrach o de un juez Castro que el de ese tribunal femenino?
Me resulta indignante y me pregunto qué pensarán al respecto ellas, Samantha Romero, Eleonor Moyà y Rocío Martín. Si hubieran acordado cárcel para la Infanta, esos mismos tertulianos que han puesto el grito en el cielo... ¿también se quejarían? ¿Cuántos se han leído la sentencia antes de hablar? Nóos sobran los motivos para menospreciar a profesionales en este país tan propenso al juicio paralelo.
Mi madre no deja de preguntarme estos días por otra mujer. No le interesa Cristina de Borbón, tampoco las magistradas. «Hija, ¿dónde está la Reina Sofía?». Me lo pregunta como si yo fuera su bola de cristal. «No lo sé, mamá... Imagínatela». Estoica la esposa del emérito, la madre de la hija absuelta, la progenitora del Rey que ejerce, la abuela de todos sus nietos. Dice mi madre que lo suyo sí es amor ciego que el pueblo comprende y arropa. Sofía sufre tanto como el corazón del pueblo que no es el suyo y sí, monárquico pero republicano, llamado España. Un país que necesita, de una vez por todas, otorgarle credibilidad a sus tres poderes fácticos para protegerse de sí mismo.
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