Eurocopa 2016

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La Razón
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Los atléticos están dolidos porque Vicente del Bosque no ha convocado a Fernando Torres para la Eurocopa. Y como sienten el pálpito de que el «Niño» va a ser el hombre de la final del 28-M, afilan lenguas para recordárselo si hay ocasión. Es posible que el menos desazonado por la decisión sea el futbolista, desde hace dos años desconectado del grupo. Tampoco aparece en la preselección Diego Costa, un gol en diez partidos, paupérrimo balance y la impresión de que ni él se adaptó al juego del equipo ni viceversa. Desencuentro táctico adobado con sus peculiaridades, a menudo alejadas del juego limpio por acciones que le han granjeado merecida fama de chico malo; pero no tanto como para morder a un rival. Y no le mordió.

Después de revelar la lista, Del Bosque trató de razonar sus decisiones, para lo cual utilizó cuatro palabras que merece la pena subrayar: «incertidumbre», por el estado físico de Cazorla, cinco meses lesionado, y de Costa, renqueante aún, ambos descartados; «precario», por las molestias que arrastran Silva y Lucas Vázquez, la novedad, ambos convocados; «dolor», por quienes como Torres, Alcácer, Mata o Javi Martínez no han superado el test de aptitud para la cita, y «práctico», por el conjunto de los 25 preseleccionados.

Existe una cierta contradicción entre la situación física de Costa y Silva o Lucas Vázquez, por ejemplo. El estado de uno es incierto, como si no fuera a recuperarse a tiempo, y el de los otros dos, precario, como que la solución es inminente.

En las reflexiones del seleccionador ha faltado definir la presencia de Bartra y Pedro. Quizá no era necesario recordar que uno y otro son cargos de confianza. Ya está justificada su convocatoria.