Paraísos cercanos

Comenzando por la «a», Alquézar (Huesca), Arévalo (Ávila), Alarcón (Cuenca) o Arribes del Duero (Salamanca y Zamora). No seré yo el que reniegue de viajar a la otra punta del mundo, ni mucho menos; es más, me sumo a esta posibilidad en cuanto tengo la menor ocasión. Pero eso no debe hacernos olvidar que también tenemos un buen número de pequeños paraísos, a los que muchas veces vamos dejando de lado, quizás por aquello de que, cómo están muy cerca, siempre tendremos más posibilidades de visitarlos, y, al final, nos quedamos sin conocerlos. Se trata de lugares que bien merecen una visita, ya sea por su belleza, por los parajes naturales en los que se encuentran, por razones históricas o por motivos gastronómicos, que de todo hay en la viña del Señor. Por ejemplo, con la «b», Burgo de Osma donde este fin de semana comienzan las fiestas de la matanza. Algunos suenan «más», mientras que otros no cuentan con el conocimiento y el reconocimiento que se merecen. Pasando a la «p», Pastrana (Guadalajara) todo un lujo muy cercano al embalse de Entrepeñas que se encuentra bajo mínimos, en torno al 9 por ciento de su capacidad total, lo que quiere decir que prácticamente solo hay lodo; si uno quiere tener una imagen gráfica de la sequía que estamos padeciendo, nada mejor que acercarse hasta allí. Con esta misma letra, Priego (Córdoba), uno de esos pueblos que también merecen una visita y donde se puede comprar un magnífico aceite de oliva virgen extra. Ahora que los días comienzan a ser más largos y cuando no hay la cantidad de visitantes que en otras épocas, puede ser una buena ocasión para «perderse» por ellos durante una escapada corta. Por la «u», Urueña (Valladolid), con su muralla, librerías y con el Monasterio de la Santa Espina muy cerca, donde, además, un fraile ha ido haciendo una colección de mariposas que nadie se espera encontrar allí. Busque en su zona uno de estos paraísos cercanos y anímese; con su visita contribuirá a dar vida a esos lugares, que, en muchos casos, la necesitan.