Pedir lo inservible

Uno de los eslóganes más conocidos de Mayo del 68 rezaba: «Sed realistas, pedid lo imposible». Los catalanes, dado que somos unos ases, estamos atentos siempre a cómo mejorar las cosas modernas. Por eso una parte de nosotros (la catalanista) han decidido perfeccionar si cabe esa demanda. El lema será ahora: «Sed realistas, pedid lo inservible». Puede que no parezca una gran mejora pero, desde luego, al menos es más practicable y más cercana a nuestras capacidades. Sobre todo porque conseguir lo imposible no está a nuestro alcance, pero pedir lo inservible sí; que no es otra cosa que la independencia política y nacional. Veamos si no. Después de conseguir el derecho de voto (que ya no sirve para casi nada, dada la corrupción de los partidos) proponen perder el tiempo pidiendo una independencia nacional justo cuando han quedado obsoletas las emancipaciones y las naciones.

Las naciones fueron un invento del siglo XIX y entre sus funciones importantes estaba la de crear un Estado que acuñara moneda, vigilara las fronteras, estableciera la política tanto cultural como educativa de un territorio y se encargara de la defensa bélica de agresiones externas.

Ahora la moneda la acuña Europa, las fronteras han quedado abolidas después del tratado de Schengen, la dirección educativa del futuro la marca el plan Bolonia y de la defensa militar de la zona se encargarán la OTAN y los Eurofighters de todos los europeos (salvo desembarcos de pateras y avalanchas contra la alambrada). O sea, que para lo único que puede servir una supuesta independencia de Cataluña es para que algún político sospechoso se meta en el bolsillo la llave del dinero público con la excusa de que él cuidará mejor de nosotros porque vive cerca.

Pues vaya final cutre para el sueño nacional de los catalanistas.