Iñaki Zaragüeta
Pedro Sánchez ya está tranquilo
Si rectificar es de sabios y de todo lo contrario mantenerse en el error, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha demostrado sapiencia al cambiar radicalmente sus declaraciones de hace unos días sobre el problema de Cataluña y el liderazgo de su secretario general en el PSOE, Pedro Sánchez.
Respecto a esto, Puig ha modificado su «carpe diem, tempus fugit» (vive el momento, el tiempo vuela) plasmando una versión libre del «tempus fugit ergo carpe diem», de lo que se desprendía su pensamiento de la volatilidad que Pedro Sánchez podía tener en su puesto. La ha cambiado, digo, por «no cuestiono en absoluto el liderazgo de Sánchez, porque es un líder con una potencialidad enorme y lo mejor que le puede pasar a España, es que sea presidente». Espero y deseo que en la calle Ferraz no le tengan en cuenta el desliz. Nada de esto hubiera pasado si Sánchez hubiera asistido a la conferencia, como era lógico y además su deber.
Por lo que se refiere a Cataluña, Puig se mostró ayer partidario de «abordar un debate serio y riguroso y sin maniqueísmos», palabras muy diferentes, casi contradictorias, con las del lunes cuando apostó por volver al Estatuto de Autonomía que fue votado por los catalanes, invitando así a saltarse a la torera las sentencias del Tribunal Constitucional al respecto. Eso, al menos, es lo que se entendió en toda España.
Si el Molt Honorable se quejaba de la invisibilidad de nuestra Comunitat, la dotó de una transparencia tal que le ha obligado a reflexionar y tomar el camino de la virtud que, como he expresado líneas arriba, es una demostración de inteligencia. Así es la vida.
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