Perras y collares

El festival de la nada. La ceremonia de lo que no va a ninguna parte porque carece de fuste. Para este viaje era innecesario casi todo, no sólo las alforjas. Y ahí está el PSOE. Evidentemente en un cruce de caminos ante el que los españoles le están diciendo: «Señores socialistas, lo mismo me da que me da lo mismo». Es de traca que el propio Rubalcaba proclame con toda la fanfarria y la engolada actitud que pueda imaginarse que «los buenos han vuelto». ¿Qué significa eso? ¿Que hasta ahora no había proyecto ni ilusión ni garra y ahora sí? ¿Y se estaba por consiguiente hasta ahora estafando de mala manera a los españoles? ¿Del todo, a medias, a ratos? No nos engañemos. La socialdemocracia española carece hoy de rumbo, de objetivos, de liderazgo. Y eso quiere decir que está ayuna de la mitad, de la mitad de la mitad de los mimbres necesarios para proponer a los ciudadanos algo cualitativamente diferente y sustantivamente mejor de lo que el PP nos está ofreciendo. Hay un antes y después de esta conferencia. Es una obviedad mayúscula. Pero por encima de todo, una decepción colosal. Quienes esperaban ver la resurrección de un partido grogui, y a punto de tirar la toalla, se dan cuenta de que en un triple mortal hacia delante –sin ninguna vergüenza ni pudor– el PSOE sigue tirando al monte: a la demagogia, la inmadurez, el sectarismo. Los mismos perros con idénticos collares. ¿Son estos ingredientes los que nos van a ayudar a salir de la crisis? ¡Por favor!