Julián Cabrera
Plasma y medias verdades
Puede que sea tarde para justificar lo que durante toda la legislatura ha sido un patente renquear del Gobierno en eso que llaman conectar con la ciudadanía, pero no estaría de más poner algunas cosas en su sitio a propósito del machacón pedaleo sobre la falta de empatía del presidente Rajoy, su supuesta alergia a la calle, a los periodistas, a acudir al Parlamento, a responder a preguntas en ruedas de prensa o a refugiarse en definitiva tras el plasma.
Apunta el dicho que «cuando el tonto coge la linde, la linde se acaba y el tonto sigue» y la conferencia política del PP este pasado fin de semana ha traído a colación el viejo refrán manchego más por indocumentación que por mera tontuna escuchadas algunas perlas sobre el más o menos acertado afán modernizador de los populares.
Haga un poco de memoria quien pueda recurrir a ella. Lo del plasma es el precio que hoy paga el Partido Popular por una iniciativa –de la que fui testigo– encaminada a ofrecer «en abierto» puntuales intervenciones del presidente del partido ante su junta directiva nacional, algo por cierto nada habitual también tiempo atrás en el equivalente socialista de su comités federales, a puerta cerrada y en consecuencia a perseguir barones por la calle Ferraz, por no hablar del «moderno» cordón sanitario del líder de Podemos frente a cámaras y micrófonos.
Sobre el rechazo a acudir al Parlamento mírense actas y registro del Congreso; casi idéntico número de comparecencias por legislatura de Rajoy, ZP, Aznar y González. Es cierto que el actual presidente no va a tertulias y que, en efecto, no es el resultón niel simpático del barrio, pero no estaría de más cambiar la brocha gorda sólo por un poco más de rigor.
✕
Accede a tu cuenta para comentar