Grupos
¿Podemos liberal?
De acuerdo con la última encuesta del CIS, los votantes de Podemos son el grupo sociológico que más valora la libertad frente a la seguridad: el 50% considera que no es admisible perder libertades con tal de mejorar nuestra seguridad, el 21% sí apuesta por recortarlas, el 27% es indiferente entre ambas opciones y el 2% no responde. Dado que los simpatizantes del resto de partidos son más favorables a limitar las libertades ciudadanas con tal de reforzar la seguridad, uno podría concluir que la formación morada concentra a los electores más «liberales» del espectro ideológico español. Sin embargo, en otra pregunta dentro de esa misma encuesta del CIS, los votantes de Podemos se desmarcaron como los más convencidos partidarios de incrementar los impuestos a cambio de mejorar el Estado de Bienestar: es decir, en este caso sí optaron por una mayor seguridad económica (más servicios públicos «garantizados» por el Estado) a cambio de una menor libertad económica (mayores impuestos). Así pues, lo que sucede es que los votantes de Podemos valoran sólo unas libertades (las civiles) y no otras (las económicas). Pero el respeto a la libertad ajena no debería subordinarse a los caprichosos gustos personales: uno no debería exigir tolerancia para aquellas libertades que le agradan y, en cambio, apoyar el cercenamiento de aquellas otras libertades que le resultan indistintas o detestables. Al contrario: uno debería respetar todas las libertades con independencia de cuáles sean sus preferencias particulares. Sólo así, salvaguardando todos los ámbitos de decisión de las personas y no únicamente aquellos que nos convengan o apetezcan, podremos avanzar hacia una sociedad abierta: a saber, una sociedad donde cada individuo pueda desarrollar su vida de acuerdo con su propia escala de valores y no al dictado de la escala de valores que le viene impuesta coactivamente desde las instituciones políticas. En suma, es positivo que muchos votantes de Podemos entiendan la importancia de proteger las libertades civiles frente a los impulsos despóticos del Estado; es una muy desafortunada incongruencia que sigan sin otorgar esa misma importancia a la protección de las libertades económicas frente a los idénticos impulsos despóticos del Estado. La defensa íntegra y coherente de la libertad pasa por defenderla en todas sus manifestaciones, no sólo en aquellas con las que simpaticemos. Y, por desgracia, esa integridad y esa coherencia en la defensa de la libertad no se aprecian de momento ni en Podemos ni en el resto de formaciones políticas.
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