Ely del Valle

Posibilidades

La Razón
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No van a ser días fáciles. Desde luego no para Rajoy, que lo tiene difícil, por no decir imposible, ni para Sánchez, que, aunque quiere no le van a dejar, ni para Iglesias, al que su actitud cuponita puede colocarle fuera del tablero.

La situación, caótica desde el primer momento, no tiene demasiadas salidas. La negociación con un PSOE «dialogante» que ya ha dicho que votará contra la investidura de Rajoy nace muerta, y, salvo si se producen al mismo tiempo los milagros de Lázaro resucitado y el de San Pablo cuando se cayó del caballo, ahí se le acaba al PP la posibilidad de gobernar.

Sánchez, por su parte, se encuentra en una situación –¿cosas del karma quizá?– similar a la de Antonio Miguel Carmona cuando él, como secretario general, le obligó a renunciar a la alcaldía que se le ofrecía en bandeja.

Veinticuatro de los veintiocho países de la UE tienen un gobierno de coalición y no siempre formado por partidos de la misma cuerda ideológica. Aquí no. Aquí prima el revanchismo que considera una bajada de pantalones apoyar al rival en cualquier circunstancia y la preocupación individual de salvar el pellejo. La prueba es que lo primero que han hecho tanto Rajoy como Sánchez después de perder escaños a manta ha sido atornillarse en sus respectivos despachos, cosa muy respetable, pero que nos trae al pairo. Aquí de lo que se trata es de que alguien demuestre sentido de Estado. Lo natural es que lo haga el PSOE, aunque sólo sea por el recuerdo de Patxi López investido lendakari gracias al apoyo del PP, pero, si no, tendrá que ser el PP el que decida si volvemos a la casilla de salida o si le cede un testigo con muleta al PSOE antes de convocar unas elecciones que le den a Podemos el aire que le ha faltado para levitar del todo.