César Lumbreras
Preocuparse y ocuparse
El curso agrario se ha despedido con el anuncio de que ha aparecido un nuevo caso de Xylella fastidiosa en la provincia de Alicante, muy cercano al anterior. Lo mismo que el primero ha sido en almendros. Es para preocuparse porque todo apunta a que en las próximas semanas y meses asistiremos a un goteo de noticias, en las que se dará cuenta de más árboles infectados. Nos tendremos que acostumbrar a convivir con la presencia de la Xylella en la Península. Evidentemente es para preocuparse, porque hasta hace unos meses, cuando surgieron los primeros focos en las Islas Baleares, no se había detectado esta bacteria en España. Pero no basta con preocuparse, sino que también habrá que ocuparse de este problema. Las diferentes variedades de Xylella pueden afectar a sectores tan importantes en España como el olivar, el viñedo, los cítricos, frutales de hueso (melocotoneros, paraguayos...) y de cáscara, como los almendros, además de a un nutrido grupo de las llamadas plantas ornamentales. La repercusión económica si se generaliza podría ser muy importante. Es necesario hacer un diagnóstico de la situación y, después, frenar su expansión. Para ello se precisa organización y coordinación entre los servicios de las diferentes Administraciones y articular los recursos económicos necesarios, por parte de las unas y las otras. Evidentemente, la colaboración de los agricultores también es imprescindible. Cada una de las partes deberá cumplir con su papel en la lucha contra la Xylella, fijándose en lo que han hecho en otros países, como EE UU, donde conviven con ella. Nos jugamos mucho en este envite.
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