César Vidal
Que a nadie le sorprenda
El Frente Nacional ha arrasado en las elecciones locales francesas y ya hay gente que se encomienda a San Marx o a la Virgen de Lourdes ante lo que se avecina. Sin embargo, no debería sorprender a nadie. Los franceses están mayoritariamente hartos de una inmigración que pone en peligro sus puestos de trabajo y que además incluye a gente que abuchea el himno nacional a pesar de tener pasaporte galo. Sarkozy, que pareció que iba a enmendarlo, acabó creando un ente para que los musulmanes de Francia se llevaran una tajada del presupuesto. Hollande aún ha sido más políticamente correcto. Francia capta que su peso en la Unión Europea merma –a pesar de ser muchísimo mayor que el español– y que tiene que soportar una política de la NATO en Ucrania y en Oriente Medio que la perjudica directamente. A la NATO le puede venir bien ayudar a los corruptos nacionalistas ucranianos, pero para Francia es una pedrada en el ojo tener que renunciar a sus exportaciones agrarias en Rusia. Hay quien está encantado con fingir que ataca a ISIS mientras Turquía y quien no es Turquía le presta una ayuda descomunal, pero Francia ha sufrido los muertos en París. Al final, los franceses – clases medias en su mayoría– han terminado reaccionando como era de esperar. No quieren una inyección de cien millones de turcos en la Unión Europea; no ven razón para enfrentarse con Putin; no están nada convencidos de que la inmigración sea una bendición salvo para algunos; no quieren pagar las prestaciones de las familias musulmanas que son polígamas y puesto que son los que pusieron en la Historia los Derechos del hombre les importa un bledo lo que puedan decir los acomplejados o los atontados por la dictadura de lo políticamente correcto. Ansían que servir a su nación sea la meta de sus políticos y no, por el contrario, inclinarse ante lo que deciden otros a muchos kilómetros. Por eso, el balance electoral es obvio. Primero, la izquierda ha sido arrojada a la basura porque nadie cree que se vaya a partir el pecho por la nación; segundo, la derecha ha recibido un varapalo porque está más por acomodarse a ciertos intereses transnacionales que por defender los nacionales y tercero, el santo y la limosna se lo lleva un partido sin complejos. ¿Les extraña? Pues recuerden que, tras un atentado terrorista, la mayor parte de los españoles eligió a ZP mientras los franceses entonaron unidos La Marsellesa.
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