¿Qué hacemos con Messi?

Soy un declarado antibarcelonista del Fútbol Club, pero pienso que si el Tribunal Supremo no quiere provocar un problema complicado, debería quitarle a Leo Messi la pena de 21 meses de prisión con los que la Audiencia de Barcelona le condenó por fraude fiscal de 4,1 millones de euros. Y, con ello, originar un debate legislativo sobre la desproporción existente actualmente en el Código Penal entre unos delitos y otros. Tiene motivo mi admirado Pedro Narváez, que ayer pedía dureza con el argentino. Sin embargo, debemos considerar que, consciente o inconscientemente, la Justicia española se ha metido en un gran lío. Ahora, afecta al Supremo porque Messi ha presentado recurso de casación.

¿Por qué defiendo la tesis? Porque me parece una exageración que Messi entre en el trullo después de haberse puesto al día con Hacienda. Sé que podrían mantenerle la condena y librarlo de las rejas; entonces se estaría cometiendo una injusticia respecto a lo acontecido con Matas, que se chupó privado de libertad los nueves meses, la tercera parte que el azulgrana, a los que fue condenado; o Isabel Pantoja, que tras su pena de dos años, le obligaron a ir a chirona «por su notoriedad pública», una notoriedad que supera el futbolista culé. Por tanto, si la Justicia es igual para todos y el TS persevera en la tesis de la Audiencia, no hay razón para tratar a Messi de diferente forma. Una barbaridad. Quizá hay que pensar en mayores multas y en la devolución del dinero y no penar por ésto más que a pederastas, violadores y homicidas. Así es la vida.