Política

¡Qué país!

La Razón
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No hay más que fijarse en los últimos cuatro días para darse cuenta de que vivimos en un país muy peculiar, en el que los que afirman que están dispuestos a negociar emiten su veredicto antes de sentarse en cualquier mesa; en el que hay defensores de todos los animales menos de los de su misma especie; en el que al insulto se le denomina libertad de expresión y a la libertad de expresión «manipulación»; en el que hay una Justicia que depende del talante del juez que la imparte; en el que al acto de matar a una mujer por el hecho de serlo lo denominamos «violencia» en vez de «asesinato de género»; un país de tocomocho en el que sólo protestamos por las cláusulas abusivas cuando nos perjudican; en el que, dependiendo de qué partido esté gobernando en un ayuntamiento, las ramas de los árboles se caen por negligencia o simplemente porque son seres vivos y, por lo tanto, impredecibles; en el que se tiene un cuidado exquisito a la hora de garantizar la supervivencia de unos bancos a los que les importa un pimiento la supervivencia de las familias a las que les embarga su casa por no poder pagar la hipoteca. A día de hoy, que diría Pedro Sánchez, España es un país donde dejar de pagar una multa supone el embargo de la cuenta corriente, pero tener una compañía aérea que deja en tierra a miles de personas sale gratis (¿alguien ha vuelto oír hablar de sanciones a Vueling?); donde se critica lo que no se tiene hasta que se tiene (¿alguien ha vuelto oír hablar de «la casta»?), donde sigue habiendo ciertos apellidos que son garantía de impunidad (¿alguien ha vuelto oír hablar de los Pujol?) y donde, a fuerza de estigmatizar el bipartidismo, estamos a punto de morir de pluralidad.

Como diría Mariano –el de Forges, no el otro–, ¡País!