Restringido
Rajoy, claro y contundente
Estamos a siete meses de unas municipales y autonómicas decisivas. Es importante no perder de vista este dato para entender la sobreactuación de la izquierda política y mediática, pero también de una parte de la derecha que está visceralmente en contra de Rajoy. El presidente del Gobierno ha llevado con acierto la «cuestión catalana». El desafío independentista de Mas y sus socios no ha llegado a buen puerto. Ahora sabemos exactamente el apoyo que tiene, que no es despreciable, porque ningún voto lo es, pero que no configura una mayoría hacia la independencia. Es cierto que Mas lo vende como si fuera un gran éxito con la ayuda de los medios de comunicación controlados por el Gobierno catalán, pero la realidad es que está alejado del resultado que necesitaba. Por otra parte, las tensiones con Oriol Junqueras y la corrupción que afecta a su partido no permite augurar un escenario cómodo para Mas. Rajoy siempre ha tenido un plan. La verdad es que me sorprende la falta de respeto de algunos periodistas y políticos, que no empleaban con anteriores presidentes, cuando se refieren a él. Se ha instalado un estilo poco respetuoso, displicente y arrogante por parte de compañeros que ahora son expertos en todo. Es una anomalía de la política y el periodismo que no sucede en los países de nuestro entorno. Con tal de descalificar al presidente del Gobierno se pueden decir todas las barbaridades. Una cosa es la crítica política, pero otra es la imagen de vago, indolente e incompetente que se ofrece sin más base que la antipatía que le tienen algunos periodistas, medios y políticos. No tiene ningún atributo y es tratado como si fuera un monigote al que se puede insultar con total impunidad. Ahora resulta que todo el mundo es especialista en todo. Desde el minuto uno del conflicto, abogados del Estado, letrados en Cortes, diplomáticos, técnicos de la Administración civil, economistas del Estado y una larga lista de profesionales de primer nivel han trabajado en este tema. Lo siento por los antimarianistas, pero el presidente del Gobierno tenía sobre la mesa información suficiente, planes y simulaciones para actuar con eficacia. Rajoy comete errores, como en el aborto o en la elección de algunos sujetos de su entorno, pero desde luego acertó cuando emprendió duras reformas y no pidió el rescate, como ahora en la prudencia y la labor que ha realizado frente al desafío soberanista. La realidad es que la actuación en España y en el exterior ha dado buenos resultados.
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