Raro, raro, raro

La reunión no ha sido secreta sino discreta, y tampoco parece que vaya a cambiar nuestras vidas. Si lo que ha trascendido es lo que fue, Rajoy y Mas dieron un repaso a la situación financiera de las comunidades, coincidieron en que hay que continuar buscando soluciones, consideran prioritario mejorar las condiciones actuales de financiación y liquidez, volvieron a discrepar sobre el tema soberanista y quedaron para seguir hablando. Resumiendo: poco pollo para tanto arroz.

Sin embargo, cuesta creer que Mas haya propiciado esta reunión para no sacar nada en limpio y en metálico. De todos es conocida la habilidad del Molt Honorable para conseguir dinero del FLA a base de dar la matraca con lo que su comunidad aporta al grueso de las arcas públicas, como si el resto del país se dedicara a la dolce vita a costa de chulear a los catalanes. El pasado mes de noviembre, 3.288 millones de euros del Fondo de Liquidez se nacionalizaron catalanes, para este año han pedido otros 9.000 millones, y a pesar de ello, la deuda autonómica sigue creciendo y supera los 50.000 millones de euros– 8.000 millones más que en el mes de julio–.

Cuesta también creer que si ha pedido algo, lo que sea, y no se le ha dado ni siquiera la esperanza de obtenerlo, no haya convocado una de sus histriónicas ruedas de prensa ni haya lanzado una de sus habituales amenazas disfrazadas de legítima reivindicación histórica. O don Arturo ha sufrido la transformación de Saulo con la cercanía de la Semana Santa, o lo secreto no ha sido la reunión en sí, sino algún capítulo de la misma que no ha trascendido. Lo que está claro es que Más y Rajoy reuniéndose, para nada suena a sospechoso. Como diría el inolvidable doctor Iglesias, raro, raro, raro.