Martín Prieto
Rebelión en la granja
Es común entre representantes socialistas referirse al PSOE como «la empresa», no por afán emprendedor, sino porque en ella tienen residenciadas sus nóminas. Como en política la decadencia es agropecuaria, mis amigos socialistas han terminado en su declive instalando una granja con los pollos ingobernables y alborotados. Alfredo Pérez Rubalcaba estará hoy pensando en aquello que decía don Santiago Rusiñol: «La vida es como el palo de un gallinero; larga pero llena de mierda». Después que el secretario del PSC sugiriera la abdicación del Rey, la votación en las Cortes del socialismo catalán por el derecho regional «a decidir» prueba que Rubalcaba y Pere Navarro no se hablan y que el partido hermano es más bien una prima de riesgo o verso suelto. La dirección del PSC fue ocupada por la «gauche divine» de Barcelona exclaustrada de las noches de Bocaccio y todo fue bien hasta que llegó Pascual Maragall. Montilla, para hacerse perdonar su escueto bachillerato y su condición de charnego hispanohablante, se metió en la cama con los independentistas. Pero Pere Navarro ( a quién tienen por moderado) se ha dejado llevar por el derrumbe de CiU sin entender que muchos catalanes prefieren votar al original de ERC que a la copia de los otros dos. Carmen Chacón, ex ministra de Defensa de España, ha decidido no votar que «sí» ni que «no», ni abstenerse, sino todo lo contrario, por no poner piedras en su ambición matrimonial de llegar a ser la primera presidenta de España. Con poca gallardía se ha puesto de perfil. Virtualmente lo que le pasa a Rubalcaba con el PSC es que ha perdido 14 escaños de su minoría y el carácter nacional del que antaño pudo presumir. Alfredo ha dado de sí, para lo bueno y lo malo, todo lo que podía y sólo está retrasando patéticamente su marcha al Aventino. Le perdonamos hasta su gusto por los faisanes si ahora que tendrá tiempo decide renunciar y deja de pedir («¡el perillán!») la dimisión del presidente Rajoy por las extrañas andanzas de un villano.
✕
Accede a tu cuenta para comentar