Reunión de segundones

La ex concejala en el Ayuntamiento de Sevilla Nieves Hernández es la cara del cónclave de descontentos socialistas que hoy se reúnen en un hotel de su ciudad, una tenida dizque aglutinante del amplio (¿de verdad que tan amplio?) sector de la membresía del PSOE que reclama voz y voto inmediatos a la Comisión Gestora que pastorea (¿seguro que se dejan, Mario Jiménez?) el oficialismo andaluz. Como cabeza de cartel, resulta bastante feble y todavía más llamativo es que su mentor, el (prácticamente único) crítico regional Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, ni siquiera haya asegurado su presencia. Come de la Junta, o sea, y le conviene taparse pero no es el caso del mentor de su mentor, Quico Toscano, regidor (casi) perpetuo de Dos Hermanas con edad y posición para hacer, literalmente, lo que le salga de las narices. Sí estará, o a lo mejor no, este José Antonio Rodríguez Salas que protagoniza dos docenas de revoluciones virtuales al mes pero que, en el mundo real, no es más que alcalde de Jun, cargo que por respeto a sus convecinos no asimilaremos al de concejal conquense glosado por Chiquito de la Calzada. Y todo esto, ¿escrito sea para qué? Pues para certificar la defunción de Pedro Sánchez, insepulto desde octubre y del que ahora se van separando sus fieles más significados (los recalcitrantes Odón Elorza y Zaida Cantera, anunciados, no cuentan) espantados por el hedor a cadaverina. Luego les llegará el turno a los anónimos. Por consiguiente, el contubernio hispalense de esta tarde no lo convoca la adhesión a nadie en concreto, sino el rechazo a alguien determinado o más bien, en general, a una manera de hacer las cosas. Javier Fernández entendería este artículo sin dificultad, pues mina no es lo mismo que cortijo, casi tan bien como Rubalcaba o Madina.