Real Madrid

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Sacrificios

La Razón
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Espiga a la fuerza Zidane en la fértil cosecha madridista. Tiene donde elegir; al menos dos jugadores por puesto; pero los hay con el sello de especie en extinción y es ahí donde acecha el peligro. Sin Casemiro, sin un suplente calcado, porque Marcos Llorente fue cedido al Alavés para que explotara como un clavel reventón, el equipo cede, se rompe a menudo y pierde consistencia. Modric, escoltado por Kroos, intentaba cubrir esa vacante sustancial a base de sacrificar sus infinitas posibilidades. Si Casemiro es necesario; Modric, imprescindible. Durante un tiempo, un mes quizás, ninguno de los dos va a jugar. El entrenador ha anticipado la titularidad de Isco, ojito derecho de Julen Lopetegui; así no parecerá que su incorporación a la Roja es accidental.

Isco tiene jugo, clase, fútbol, dotes, magia, y hay que saber extraérselo, y convencerle de lo bueno que es y de que su regreso a Málaga, que estuvo en un tris de cristalizar durante este verano infinito, no se produjo. Su futuro es el Madrid, también la Selección; su reto es conseguir que este Madrid, sin Casemiro, sin Modric, puede alimentarse de una plantilla espectacular. El Eibar es un punto óptimo de partida, ni siquiera viste de amarillo; un traspié en el Bernabéu, otro empate más, aunque sólo fuera eso, colocaría a Zidane en una posición delicada y a Isco, que ha dejado de ser simpático y atractivo en su casa, a los pies de los caballos. Cuando el marcador es adverso la grada exige cabezas y la del malagueño tiene precio.

Curioso es que el Barcelona, sin Messi, el rey sol, el centro de todas las miradas, el banderín de enganche, el salvavidas, avanza sin titubeos, como si no le faltara el mejor. En Vigo la prueba es comprometida; difícil, como la del imperial Atlético en Valencia.