Carlos Rodríguez Braun

Sexismo

Leí en «El País»: «Wert defiende las escuelas sexistas frente al criterio del Supremo». El diario, opuesto a los «colegios segregados por sexo», se felicitaba por que «el Supremo aclara que los colegios que separan por sexos no pueden tener subvención pública». Esto es así porque no pueden ser subvencionados «los centros que ejerzan algún tipo de discriminación». Lo asombroso es que casi nadie advierte que el poder político es siempre discriminatorio, lo mismo que la sociedad civil, con la diferencia crucial de que los criterios son antiliberales en el primer caso. Por eso el pensamiento único machaca con que está amparado por criterios irrefutables. Por ejemplo, es malo educar en el colegio a varones y hembras por separado, no tiene ventaja alguna, es «elitista», lo que por supuesto es diabólico por definición (sin que nadie se tome la molestia de probarlo), y está ligado a la infame Iglesia católica e incluso, pásmese usted... ¡es franquista! El ministro se ha embarcado en una estrategia nominalista aparentemente ingeniosa que estriba en utilizar contra la izquierda nada menos que a la Unesco, diosa de la corrección política. Pero en el fondo es un recurso endeble: lo que hay que hacer no es demostrar que los resultados académicos son mejores si hay separación. Lo que hay que hacer es defender la libertad, no por nada, sino porque los que dan todo el día la tabarra contra la segregación y la discriminación no pretenden luchar contra ellas sino contra la libertad.