César Lumbreras
¡Sin agua!
En dos semanas las reservas de agua han bajado el 2,7 por ciento. De acuerdo con los datos hechos públicos el martes por el Ministerio de Agricultura, había en los pantanos 26.000 hectómetros cúbicos en números redondos, lo que suponía el 46,5 por ciento de la capacidad total. La situación más preocupante se registraba en la Cuenca del Segura, que se encontraba al 20,2 por ciento y en la del Júcar al 30,9 por ciento. La del Guadalquivir estaba al 39,4 por ciento; la del Duero al 39,5 por ciento y la del Tajo al 44,6. El año pasado por estas mismas fechas, los pantanos acumulaban 34.778 hectómetros cúbicos de agua; las reservas actuales son un 25 por ciento inferiores a las de entonces y un 24,8 por ciento a las de la última década. Hasta ahí los números fríos que pueden servir para ilustrar la gravedad del problema. Nos encontramos en las semanas del año durante las que hay un mayor consumo de agua y en las que los aportes que entran en los pantanos son prácticamente nulos, por lo que la reserva continuará disminuyendo hasta que lleguen las lluvias de otoño, si es que llegan. El año hidrológico va a terminar bajo mínimos y el próximo comenzará con una situación muy grave. Es imprescindible abordar este problema partiendo de estos datos y estudiar las posibles soluciones para los problemas puntuales. Eso es lo urgente. Pero lo importante es planificar la política del agua en España a medio y largo plazo. Y eso hay que hacerlo entre todos los partidos políticos, especialmente los más importantes, para no andar cambiando las cosas cada vez que otro llega al poder. Se impone un Pacto de Estado del Agua, que tenga en cuenta la lógica y los razonamientos, pero también el fuerte componente irracional que rodea a este elemento vital. Mientras llega todo eso, y mientras llueve y se recuperan las reservas, sólo toca que los consumidores seamos conscientes de la situación y nos pongamos a ahorrar agua en la medida de nuestras posibilidades.
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