Pilar Ferrer
Sin mancha alguna
El pasado miércoles, finalizado el primer tramo del Debate de la Nación, Mariano Rajoy entró en la Sala de Gobierno del Congreso de los Diputados. Allí, con su «núcleo duro» de fieles, dictó las dos grandes propuestas de resolución que se votarán el próximo martes: medidas para el fomento del empleo y pacto contra la corrupción.
No en vano, al margen del presidente, las dos protagonistas del Debate han sido sin duda la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, y la ministra de Empleo, Fátima Báñez. Ambas materias, lucha contra el paro y Ley de Transparencia, fueron el contenido político del discurso presidencial.
Hace ya tiempo que la número dos del Gobierno viene trabajando sobre este asunto, de fuerte calado en la opinión pública. Cuando el «caso Bárcenas» inicia esta semana un nuevo capítulo, con la comparecencia del susodicho personaje ante la Fiscalía, y en medio de la oleada de escándalos en Cataluña, la vicepresidenta ha intensificado sus contactos con los grupos parlamentarios, en especial con el PSOE y CiU, a cuyos portavoces muy bien conoce por su etapa al frente del Grupo Popular, para fraguar el gran pacto anticorrupción. Antesala de La Ley de Transparencia, redactada bajo su batuta y que tanto demanda la ciudadanía.
Uno de los portavoces adjuntos del Grupo Popular, el histórico diputado por Valladolid José Antonio Bermúdez de Castro, lo comentaba en los pasillos del Congreso: «Este Gobierno va a ser el más transparente de Europa». Cierto, a tenor de las propuestas anunciadas por Rajoy durante del debate. Con suma habilidad y discreción, la vicepresidenta ha contactado con los principales líderes de la oposición para forjar el acuerdo político, bajo las premisas de limpieza y honradez. Un Gobierno y una gestión fuera de toda sospecha, sin mancha alguna. Ella ya ha lanzado el guante. El martes, otros han de recogerlo.
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