Julián Redondo

Susto y muerte

Susto y muerte
Susto y muertelarazon

Antes del minuto, la pesadilla de la Copa. La Real tomó nota del Atlético para sorprender al Real y en el segundo 39 Casillas recogió el balón de la red tras certero cabezazo de Elustondo. Susto mayúsculo en el Bernabéu; ruido de sables porque una cosa es perder la Copa, aunque sea con el vecino, lo cual duele como una bofetada con la mano abierta, y otra aflojar en la Liga, aspiración que, como la «Champions», es objetivo fundamental e inexcusable. Fantasmas, pues, sobre la «casa blanca» en una atmósfera que en principio solo presagiaba nieve. La reacción fue inmediata, por suerte para Ancelotti, que en caso contrario hubiese tenido que cambiar los chicles por aspirinas: centra Marcelo y empata James. La ilusión donostiarra duró exactamente 3 minutos. A partir del 1-1, Isco y Benzema, palabras mayores en esto del fútbol, tomaron el mando del partido y dirigieron las operaciones de asalto a la portería de Rulli con una sutileza, una belleza y una calidad que si culminan en gol reclaman que toque la orquesta. ¡Qué faenas! Luego marcó Sergio Ramos el 2-1 y del susto del Madrid se pasó sin interrupción a la muerte de cualquier idea futbolística donostiarra. Muy blandito, el equipo de Moyes, e incapaz de frenar el avance ofensivo madridista a pesar de la ausencia de Cristiano y de la presencia de Bale. Sin el portugués, del galés se esperaba una suerte de liderazgo, el tirón del futbolista que con sus acciones eleva al equipo. No convence. El individualismo le supera y le deja en evidencia, porque resalta todavía más el juego coral de Isco y de Benzema. Karim, además, hizo dos goles; en el 3-1 recibió el centro de Bale, algo es algo, e Isco, genial, le dio el pase del 4-1, disparo para enmarcar.