Ely del Valle
Tirando de encuesta
Viendo la encuesta de ayer, una se pregunta si la nueva política tiene presente en un país donde las ideologías tiran más de tripas que de cerebro.
C’s, que es el único partido que realmente hace algo nuevo, sin complejos, con un ideario flexible y una concepción de gobierno más empresarial que dogmática, pierde votos. Su disposición a favorecer cualquier gobierno en el que no estuviesen ni Podemos ni los independentistas, aunque valorado, le identifica como un simple comodín, o como el policía que te salva de un atraco al que le estás muy agradecido pero con el que no piensas en casarte.
Sin embargo, Podemos, que camufla sus arrugas sin demasiadas sofisticaciones –algo así como cuando Carmen Sevilla se colocaba el esparadrapo en la nuca–y que de nuevo sólo tiene lo que ellos se atribuyen, crece. Los votos de IU no son prestados: los depositarán quienes comulgan con lo que vende Iglesias que no ha variado nada después del acuerdo con Garzón. Esto lo que demuestra es que lejos de arriesgar, vamos a esa polarización que dábamos por muerta el 20-D cuando vivimos la ilusión de que lo de derecha e izquierda estaba superado. Lo de junio no es una segunda vuelta, pero nos la vamos a tomar como si lo fuera. Por eso, muchos de los que le han visto las orejas al lobo podemita, van a volver al PP, que también evitará si puede un gobierno populista pero sin dárselo a quien no haya ganado en votos, y otros, desilusionados con este socialismo darán el salto al extremo más duro porque para qué quedarse en medias tintas. Es evidente, por lo tanto, que quienes van a tener la campaña más difícil son quienes ya son vistos como simples avitualladores para casos de necesidad y el PSOE que, empotrado entre el PP y Unidos Podemos, se ha convertido en un triste pan sin sal.
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