Restringido
Toca renovación en el PP
Las urnas han pintado España de pluralidad. Es estúpido volver la espalda a una realidad imparable. La próxima legislatura va a convertir el Congreso de los Diputados en una olla a presión. Los planteamientos irán desde el regeneracionismo de Rivera a las viejas recetas recalentadas para la era digital de Iglesias, pasando por unos nacionalistas dispuestos a avanzar para romper España. En medio (si se lo permiten) estará Rajoy. Se vislumbra el cambio generacional en el PP.
El sentir del Partido Popular se divide entre quienes se les hace cuesta arriba la permanencia en el Gobierno, porque les apetece afrontar la imprescindible regeneración desde la oposición, y aquellos que reclaman esperar y ver, pues consideran complicada una alternativa del PSOE con Podemos más un tumulto de fuerzas nacionalistas. Otros, más ciegos, sostienen que su problema pasa por Ciudadanos, que se ha quedado lejos de las expectativas. Y también están los realistas que apuntan al error de haber ido dejando reiteradamente que el PP perdiese 3,5 millones de votos sin tomar medidas. Hay, también, quienes no ven más allá de conservar su cargo.
En Génova se apunta que la mejor opción para España sería la gran coalición: el pacto PP-PSOE. Pero un acuerdo así sería como fiar todo a una lucha entre la «vieja» y la «nueva» política representada por los «emergentes». O sea: que el tiempo pase para que Ciudadanos y Podemos se merienden a populares y socialistas. Esa opción, además, fue manejada en su momento por la vieja guardia socialista, y si jamás prosperó cuando la crisis azotaba más duramente España, menos posibilidades tiene ahora con Podemos esperando dejar seco al PSOE.
Hasta José María Aznar, calibrando el momento, decidió asistir al Comité Ejecutivo Nacional. Pidió un Congreso abierto cuanto antes. Lleva razón. Hay que reconstruir un partido hecho añicos y desmoralizado. Si bien, el presidente de honor sabe que uno de los problemas que aquejan a los populares, la corrupción, proviene de su etapa.
Mariano Rajoy es conocedor de que ha llegado el momento de la gran renovación. Los tiempos, claro, van a depender de si alcanza el Gobierno. Si lo consigue, podrá pilotarla. Pero en caso de no seguir en La Moncloa tendrá que dar paso a otros mandatarios que tengan cosas que aportar.
Se acercan los días de Cospedal, Soraya, Cifuentes y Feijóo, que legitimadas voces populares piden que desembarquen en Madrid cuanto antes.
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