Sergio Alonso

Un palo a los «chorizos»

La Razón
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Si el novelista francés André Malraux afirmaba rotundo que el siglo XXI tendría que ser religioso o no sería, no resulta descabellado afirmar, mediante un simple ejercicio de paralelismo, que la salida de la crisis pasará por una buena dosis de ética o no se producirá nunca. Si partimos de la base de que la burbuja del enriquecimiento fácil provocó los lodos que ahora nos enfangan, también es lógico concluir que serán las conductas contrarias, la cultura del esfuerzo y la huida del pelotazo, las que nos sacarán del atolladero. Está claro que la inversión de unos valores erróneos ha de ser el punto de partida para la recuperación, y también que debe producirse en todos los niveles: las administraciones públicas, las empresas privadas y las organizaciones que actúan como intermediarias entre la sociedad o los colectivos profesionales y el poderoso aparato del Estado. Desde luego, no vale proclamar a los cuatro vientos la necesidad de una regeneración de la cosa pública si a nivel privado tal regeneración es sólo una utopía o un mero brindis al sol, como está sucediendo en Sanidad.

Viene esta diatriba a cuenta de los sucesos que acaecen en un sector que empieza a ser duramente golpeado por la crisis tras vivir durante años a golpe de «ladrillazo». Ejemplar en este sentido es el caso de Sonia López Arribas, la presidenta del Colegio de Médicos de Madrid, quien, a diferencia de otros miembros de su junta, no sólo quiere parecer honrada, sino serlo. Contra viento y marea y luchando contra los mismos elementos que convirtieron el colegio en época de Fariña en la casa de tócame Roque, la psiquiatra ha logrado imponer una reforma estatutaria que no sólo obliga a la contratación de empresas por parte del colegio más ventajosas para los médicos, sino que también establece que dicha contratación se haga de acuerdo a parámetros equiparables a los de la Ley de Contratos del Estado. Vamos, un palo a los «chorizos» que usaban a los médicos para lucrarse.