Medidas económicas
Un parlamento sin mayorías exige compromiso
Tras casi un año en la interinidad, se cumple un mes esta semana desde que Mariano Rajoy juró su cargo de presidente del Gobierno ante el Rey. Sabía perfectamente, y así lo anunció en el pleno de investidura, las dificultades y exigencias que supondría gestionar un país con un Parlamento fragmentado y sin mayorías claras. El jefe del Ejecutivo describió un horizonte político complejo pero esperanzador y lleno de oportunidades de abordar reformas estructurales pendientes y de alcanzar compromisos medulares con vocación de perdurabilidad. Estas pocas semanas han sido suficientes para comprobar que Rajoy no andaba desencaminado sobre esa doble variante que ofrece la actual coyuntura, porque, además de los inherentes obstáculos de un escenario que obliga a la transacción, se han abierto cauces de entendimiento y se han experimentado avances, por ejemplo, sobre el techo de gasto y los Presupuestos, amén de luces en el ámbito de la negociación sobre la reforma educativa. Que la voluntad de trabajar entendimientos esté más o menos forzada por la aversión presente de socialistas o Ciudadanos a acudir de nuevo a unas elecciones generales es lo de menos. Lo trascendente es que el clima y los condicionantes se transformen al final en grandes pactos sobre pensiones, Presupuestos, financiación autonómica o educación. Con el liderazgo del Gobierno, hay una oportunidad de recuperar los grandes consensos para la política española. Que se desaprovechara no sería inocuo para el o los responsables de la ocasión perdida.
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