Iñaki Zaragüeta

Vergonzosa equidistancia

La Razón
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No es sólo Pablo Iglesias y Podemos los que se niegan a condenar de la misma forma los asesinatos, como hemos podido comprobar con las acciones terroristas del pasado viernes en París. Su actuación crea escuela, y partidos como los nacionalistas de Compromís y el alcalde de Valencia, Joan Ribó, hacen distinciones claras de su protesta en persona y en sus convocatorias según sean los actores de las execrables matanzas.

Si no, que me expliquen por qué el primer edil valenciano, el pasado día 9, hizo un llamamiento inconfundible y contundente, con el que me identifico, a «guardar un minuto de silencio contra la violencia machista» al día siguiente de que un hombre matara a su pareja en lugar de suicidarse antes, mientras que el mensaje de su convocatoria contra el atentado yihadista fue contra los ataques de París y «contra cualquier otro acto de violencia».

Evidentemente, esta vergonzosa «equidistancia», como así la denomina la izquierda, a pesar de guardar cierta diferencia a la de la concejal cordobesa, que igualó las ejecuciones de 130 inocentes de la capital gala con la correspondiente represalia contra sus inductores, se identifica con tan indigna línea.

Además, llueve sobre mojado. A todos ellos –Iglesias, Ribó, Errejón, Montesinos y la pléyade de titiriteros– no les he escuchado ni leído una declaración como corresponde contra semejante tragedia y, sin embargo, se apresuraron a anatematizar con frases cobardes e incalificables al cardenal Antonio Cañizares por decir una verdad como la de advertir de que con la multitud de refugiados podían entremezclarse algunos yihadistas radicales. Como decimos en Valencia, «els diners y els collons, per a les ocasions». Para ésos puede haber de lo primero, especialmente de Irán y Arabia. De lo otro, res de res. Así es la vida.