El canto del cuco

¿A dónde va el PSOE?

Pedro Sánchez ha venido a confirmar que no está dispuesto a renunciar a la alianza con Bildu. Sabe que sin los herederos de ETA y sin el apoyo de ERC no tiene nada que hacer

La verdadera cuestión no es a dónde va Bildu con Otegui sino a dónde va el PSOE con Sánchez. Lo primero ofrece pocas dudas: los herederos de ETA pretenden alcanzar mediante la política, con los acuerdos que haga falta, lo que no pudieron con las armas; de entrada, ir minando el «régimen del 78» para poder acercarse a la independencia con un referéndum pactado. Por eso prestan su apoyo al actual inquilino de La Moncloa, cuya permanencia consideran imprescindible para avanzar hacia ese objetivo. Con un cambio de Gobierno en España lo tendrían difícil. La masiva inclusión de etarras en las listas electorales pretendía medir el nivel de resistencia de las instituciones y de la sociedad. Vista la reacción, más virulenta de lo esperado, gracias a Feijóo y al clamor de las víctimas, se han apresurado a apartar a los candidatos con delito de sangre para no perjudicar a su socio socialista.

Después de lo ocurrido, Pedro Sánchez ha venido a confirmar que no está dispuesto a renunciar a la alianza con Bildu. Sabe que sin los herederos de ETA y sin el apoyo de ERC no tiene nada que hacer. Es una cuestión matemática. La investidura del candidato socialista y la gobernación de España dependen y seguirán dependiendo, mientras no cambien las cosas, del voto de los separatistas y de los representantes de la izquierda radical. Es lo que se conoce como «sanchismo». Esto conduce al PSOE a un callejón sin salida. Entre sus filas existe una preocupación callada. Sólo algunas de sus figuras, que tienen poco que perder, muestran en público tímidamente su desconcierto. Cada vez hay más convencidos de que sólo con la caída de Sánchez recuperará el partido centenario su trayectoria socialdemócrata, su patriotismo y su razón de ser.

En estos comicios la política pasa, como se ve, de los términos municipales, para decepción de los propagandistas oficiales. Van mucho más allá las elecciones del día 28. Tampoco se reduce esto a la simpleza de la división del censo en conservadores y progresistas, que conduce a los airados y poco edificantes enfrentamientos de estos días. Como escribió Ortega en «La rebelión de las masas», «ser de izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas formas que el hombre puede elegir para ser imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejia moral». Con el «sanchismo» y la irrupción de la extrema derecha se ha agudizado hasta extremos desconocidos la hemiplejia moral de los españoles. En fin, conocer hacia dónde va el PSOE es tanto como saber hacia dónde va España.