Acertado toque de atención de Rajoy

Aunque no hay que dar más importancia de la que merece a los últimos episodios sucedidos en el seno del Partido Popular, por muy atractivos que resulten algunos titulares periodísticos, lo cierto es que nada incomoda más a Mariano Rajoy que la imagen de división interna que llega a la opinión pública y que siempre penaliza a los populares en las urnas. La realidad es que, de puertas adentro, el partido está unido y no se le da mayor trascendencia a las actuaciones de algunos de los personajes en liza que ya estaban políticamente amortizados. Así, se sabía que la diputada Cayetana Álvarez de Toledo no iba a repetir en la candidatura, con lo que su carta sobre Mariano Rajoy no deja de ser un desahogo al que, por supuesto, tiene perfecto derecho, y de la misma manera se conocía el final de etapa que vivía la presidenta del PP vasco, Arantxa Quiroga, relevada en el cargo sin sorpresas por el actual ministro de Sanidad, Alfonso Alonso. Son, ciertamente, inoportunas declaraciones provocativas como las del ministro Cristóbal Montoro, pero no reflejan fractura interna alguna. El problema es que estas salidas de tono, del todo innecesarias, son alimentadas por quienes se niegan a aceptar que el PP va primero en las encuestas y tratan de que se instale en la opinión una imagen de división.