Madrid
Carmena, contra la libertad de los madrileños
Va a ser un «superplanazo». Así ha calificado el Ayuntamiento de Madrid, con Manuela Carmena al frente, lo que, sin duda, supone el mayor ataque al uso individual del automóvil del que hay memoria. Un programa de restricciones a la libertad de movimientos de los ciudadanos, escudado en argumentos medioambientales, que sólo reflejan el inveterado rechazo a la libertad individual de todos los partidos de raíces marxistas, como es Podemos. Es, por lo demás, simple afrontar los problemas ciudadanos mediante el fácil expediente de eliminar sus causas, pero las consecuencias para el futuro de la capital pueden ser, a medio plazo, irreparables. El vehículo privado ha supuesto la mayor revolución social de todos los tiempos y, sobre todo, ha dotado a los ciudadanos de un instrumento de libertad del que, antes, sólo disfrutaban los poderosos. Las medidas ideológicas de Carmena –apoyadas por el PSOE– no van a conseguir revertir lo que supone, desde todos los puntos de vista, un avance social. Lo que puede ocurrir, como ya ha sucedido en otras grandes ciudades, es que los ciudadanos, en uso de su libertad y de las posibilidades que les otorga el disfrute de un vehículo propio, busquen otros lugares más accesibles para sus momentos de ocio y compras, y que, incluso, cambien de ámbito laboral. Y así, el centro de Madrid quedará en exclusiva para sus residentes y los turistas.
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