Carmena da la espalda a la Fiesta Nacional

La llamada «nueva política» se reconoce, entre otras características, por un rechazo visceral y muy teatral a las instituciones que conforman el Estado. Éste representa lo contrario que la «gente», argumenta, aunque dependa de este «leviatán» insaciable pagar las pensiones, mantener la sanidad pública, la educación, las carreteras, la seguridad y la defensa nacional. La frivolidad de esta «nueva política» –que incuba una vejez prematura– que tan bien encarna Manuela Carmena, la lleva a imposturas realmente difíciles de aceptar. La alcaldesa de Madrid ha anunciado que no asistirá al desfile militar y al homenaje a la bandera que se celebrarán el próximo día 12 en la Fiesta Nacional. El motivo es su participación en Bogotá en la Asamblea Mundial de Líderes Locales y Regionales, incompatible con su presencia en Madrid, aunque su intervención se producirá el día 14. Alargará su agenda con su asistencia al Congreso Mundial de GGLU. No dudamos de que su participación es importante, pero en unos momentos en los que se abre paso dentro de la izquierda el rechazo a la política institucional convendría que la alcaldesa de la capital de España asumiera su responsabilidad, porque ella, quiera o no, también forma parte del Estado.