Cáncer

Ciencia contra el cáncer

La Razón
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El cáncer ya no es una enfermedad que deba ocultarse o que la sociedad rechace como una epidemia infecciosa e incurable. Es una dolencia sin duda grave, pero que en las últimas décadas ha dado un gran salto en su tratamiento. El mayor estudio hasta la fecha, basado en datos de 37,5 millones de pacientes en 71 países, muestra un aumento generalizado de la supervivencia desde el año 2000. Vencer este mal no es obra exclusiva de la valentía y entereza de quien lo sufre, sino de la ciencia y de un sistema de salud preparado para hacerle frente con todos los recursos. El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo, con un total de 8,8 millones de fallecidos en el año 2015. En España es el también una de las causas principales de mortalidad: el 27,5% de los fallecimientos se produjeron por esta dolencia. Las previsiones no disminuyen los casos y se calcula que, en 2035, alcance 156.898 decesos (14 millones en todo el mundo). En su prevención intervienen muchos factores que tienen que ver con los hábitos, el tipo de consumo y la calidad de vida. Un ejemplo es el cáncer de pulmón, que es de mayor mortalidad; ha descendido en hombres, mientras en las mujeres ha aumentado un 5,1%, incremento que tiene que ver con un mayor tabaquismo. Por lo tanto, hay una relación directa entre determinados hábitos que resultan nocivos y esta dolencia. En el mismo sentido, el cáncer de próstata, que es el tercero de mayor mortandad en hombres, se ha reducido un 6,9%. De la misma manera, también se ha producido una caída en el de colorrectal en ambos sexos, así como el de próstata, mama y útero, algo que tiene que ver con el diagnóstico precoz. Según todos los expertos, es necesario acelerar el camino que el paciente recorre desde que tiene síntomas hasta que se diagnostica. Lo que define nuestro sistema de prevención es el modelo de sanidad pública, lo que permite el acceso a los programas de control del cáncer, como en el caso de mama, colon o próstata. Sólo desde la detección precoz, el tratamiento adecuado y los avances en los tratamientos terapéuticos es posible mantener la tendencia a la baja en la supervivencia de los pacientes. La supervivencia en nuestro país, que es similar al del resto de nuestro entorno, situándose en el 53% en los cinco años, con la previsión de aumentar en los próximo años. Nada de esto sería posible sin un programa de investigación con objetivos y financiación –sea pública y privada a la vez–, como es el caso de Centro de Nacional de Investigación Oncológica (CNIO), creado en 2003. Este centro, dependiente del Ministerio de Economía, es un referente mundial, pero que incomprensiblemente se ha visto atrapado en una red burocrática que ha puesto en peligro algunos trabajos de investigación, algo tan absurdo como la polémica interpretación de la Ley de Presupuestos Generales de 2017 que les impedía hacer contratos temporales de más de tres años, cuando este organismo trabaja por proyectos concretos. En esta línea de investigación es esperanzador el reciente descubrimiento de un grupo de científicos del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR) de poder bloquear mediante fármacos una proteína presente en las células que realizan la metástasis en el cáncer de pulmón. Hay que ser consciente del gran reto que hay que afrontar, como disponer del número indicado de aceleradores lineales para realizar los tratamientos de radioterapia. En España, según la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), faltan 70 para cumplir con las recomendaciones de la Unión Europea. Se ha avanzado mucho en la lucha contra el cáncer y todavía queda mucho más por hacer.