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Desgaste acelerado de Podemos

La Razón
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En las cuatro capitales donde la marca blanca de Podemos consiguió hacerse con las respectivas alcaldías el pasado 24 de mayo –Madrid, Barcelona, La Coruña y Cádiz–, las encuestas de opinión registran con rara unanimidad un descenso en el apoyo electoral a la formación populista que, en el caso de Madrid, significaría la más que probable pérdida del Ayuntamiento por parte de Manuela Carmena en favor de una coalición de PP con Ciudadanos. Tal y como refleja el sondeo elaborado para LA RAZÓN por NC Report, si hoy se celebraran elecciones municipales, Barcelona en Común perdería el 4,3 por ciento de los votos recibidos en mayo, con un escaño menos; Marea Atlántica, en La Coruña, caería un 2 por ciento, también con un escaño menos, y lo mismo le ocurre a Cádiz, Sí se Puede, que se dejaría casi un punto porcentual y un escaño. La encuesta refleja, además, que entre los ciudadanos se extiende la convicción de que entre los nuevos representantes la ideología propia tiene un peso excesivo frente a la resolución de los problemas que afectan al conjunto del municipio y, como muestra, la inmensa mayoría de los consultados –con porcentajes que superan el 62 por ciento en las cuatro capitales– consideran que retirar de la vía pública y los centros oficiales símbolos de la Monarquía no puede ser la prioridad de su acción de gobierno. Consecuentemente, los cuatro ediles, Manuela Carmena, Ada Colau, Xulio Ferreiro y José María González, alias «Kichi», suspenden en imagen pública. Sin entrar en otras cuestiones que refleja la encuesta –entre ellas, la caída de Convergencia Democrática de Cataluña, que beneficia de rebote a Ada Colau porque anula cualquier posibilidad de repetir como alcalde a Xavier Trias–, parece claro que el primer contacto de Podemos y sus grupos afines con la acción política, la que se debe a las circunstancias del día a día y actúa en el ámbito de las realidades y no en el del simple voluntarismo, ha revelado las carencias del populismo que, al final, siempre repite el mismo guión que dice rechazar. Casos de tan evidente nepotismo en la designación de cargos públicos que sonrojarían al propio Nicolás Maduro, propuestas irreflexivas por incompatibles con la legalidad vigente e ideologización de la convivencia ciudadana en un espacio tan sensible como son los ayuntamientos se encuentran, sin duda, detrás de la pérdida de apoyos populares, que no es mayor porque aún se resisten a la evidencia los electores más jóvenes. Con un problema añadido que debería hacer reflexionar al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez: que así como el PP se recupera en intención de voto, los socialistas están prácticamente estancados, como consecuencia de un radicalismo impostado que pretende disputar espacio a Podemos. No es por ahí el camino. Todas las encuestas lo indican.