España
Economía con sentido común
Los datos macroeconómicos son una cosa y la apreciación que los ciudadanos tienen de la crisis es otra bien diferente. No tienen por qué coincidir, y es lógico e incluso deseable. Es decir, las decisiones políticas deben ser tomadas siempre con el único objetivo de mejorar la calidad de vida colectiva y no de cumplir con unos parámetros aritméticos. Ahora bien, si estos datos, sin duda fríos, no son favorables, de ninguna de las maneras la población va a notar que la economía empieza de nuevo a andar y que afecta a su vida cotidiana, porque tal reacción no se va a poder producir. Bruselas prevé que España crecerá por encima de la zona euro en 2014 (1,2%), en 2015 (1,7%) –aunque las previsiones del Gobierno la elevan hasta el 2%– y en 2016 (2,2%). Sin embargo, según una encuesta de NC Report que publicamos hoy, un 64,7% de los preguntados considera que el año que empieza no será el del inicio de la recuperación económica, frente a un nada desdeñable 24,7% que cree que sí. La Comisión Europea (CE) basa su moderado optimismo en unos datos que le permiten hablar de una mejora en las «condiciones financieras y una perspectiva mejor del mercado laboral», según el informe presentado el mes pasado. La misma encuesta arroja un dato revelador: un 51,3% cree que la recuperación de nuestra economía se aprecia más fuera de España que dentro, algo que está en la lógica de que nuestro país, pese a la dureza de la crisis, ha sabido mantener los servicios públicos básicos con un nivel de eficacia óptimo. Si la demanda interna será el principal motor del avance de la economía hasta 2016, según plasmaba el informe de la CE, el hecho de que un 61,1% de los preguntados confiese que su nivel de consumo en la presente Navidad se mantiene en el mismo nivel que el año anterior, frente a un 15,6% que dice gastar más y un 11% que ha gastado menos, avala las previsiones comunitarias. El ministro de Economía, Luis de Guindos, expresó ayer esta sensación ambivalente de que las cosas empiezan a ir bien, aunque no todos reciben ya los beneficios de la mejora: la recuperación es real pero la crisis no ha pasado. «Se ha perdido el miedo a perder el puesto de trabajo», señaló el ministro, lo que no es un dato menor, pues supone enfocar el verdadero problema al que se enfrenta la economía española: la reducción del desempleo, gracias, entre otras medidas a la moderación salarial, que debería situar el paro, según el informe de la CE, en el 22,5% en 2015 y en el 22,2% en 2016. Por lo tanto, cambiar la apreciación sobre la crisis requiere seguir trabajando en la línea marcada por el Gobierno y ser exigentes porque la ciudadanía lo demanda. Un último dato: el 47% de los encuestados considera que es necesario tomar más medidas contra la corrupción. No debemos conformarnos.
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