El PSOE no debe entrar en debates peligrosos

El 39º Congreso del PSOE aprobó ayer una ponencia política que reincide en uno de los peores defectos del actual socialismo español: la confusión de los términos jurídicos en un asunto tan sensible como es el modelo territorial del Estado. En efecto, y pese a todas las advertencias fundamentadas de los ex dirigentes más prestigiosos del partido –el último, Alfonso Guerra, que ha llegado a pedir la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña–, se aprobó una declaración que afirma «el carácter plurinacional de España», que, según sus proponentes, vendría apuntado en el artículo 2 de la Constitución. Se trata, sin embargo, de un error patente, sin encaje político y que, lejos de atemperar a los movimientos separatistas, les abre un portillo «semántico» con el que seguir aprovechándose de la ceremonia de la confusión. La Carta Magna, muy al contrario de lo que inventa la ponencia socialista, no apunta ni mucho menos reconoce plurinacionalidad alguna. El artículo 2 es diáfano: «La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades que la integran y la solidaridad entre todas ellas». Debates peligrosos, cuando no futiles, como el de crear una república, que sólo favorecen a quienes pretenden arrebatar su soberanía al pueblo español.