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El pueblo de Grecia, ante su «Año Cero»

La Razón
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Aunque es la tercera vez en ocho meses que los griegos son llamados a las urnas, los comicios de este domingo representan el «año cero» de un país que ha despejado su duda existencial –la vocación europea–, pero que se enfrenta a un desafío de enormes proporciones: llevar a cabo una práctica refundación del Estado para acercarlo a los estándares de las democracias avanzadas. Porque sólo desde un cambio profundo de sus estructuras fiscales y del sistema productivo podrá Grecia cumplir con las condiciones del rescate y cimentar un futuro de progreso económico y social. Sergún las encuestas, dos son los políticos que se disputan la victoria y, por ende, la responsabilidad de llevar a cabo la difícil tarea. Uno, Alexis Tsipras, antiguo militante comunista devenido en efímero líder de las nuevas izquierdas populistas, es el hombre que prometió a los ciudadanos exactamente lo contrario de loque ha hecho. El otro, Vangelis Meimarakis, representa al centro derecha moderado y ha sabido devolver a su partido, Nueva Democracia, la cohesión y la confianza. Fueron sus votos en el Parlamento los que permitieron a Tsipras rectificar el error del referéndum y firmar el tercer rescate que ha salvado al país de su expulsión del euro. Sin duda, con Meimarakis habrá poco espacio para aventuras y falsas utopías.