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El riesgo de la «podemización» del PSOE

La Razón
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Deseamos que el nuevo reparto de escaños del Grupo Parlamentario Socialista no sea la demostración escenográfica de que el PSOE está en plena descomposición o transmutación de su alma hacia la «podemización» de la que ha alertado el presidente de la Comisión Gestora socialista, Javier Fernández. La radicalización superficial es lo peor que le podría pasar al socialismo español, creer que el «no es no» es más progresista que el «sí». Si Javier Fernández fuese diputado, hubiese resuelto una situación anormal y que, a la larga, jugará en contra del proceso de curación del PSOE tras el desgarro sufrido, ya que le correspondería ser su portavoz natural, y no a Antonio Hernando, quien con tanto afán se ha destacado en defender el «no es no». Sea como sea, son los diputados del grupo socialista a quienes les toca ahora decidir si están dispuestos a permitir un Ejecutivo del PP. A pesar de que entre los 85 parlamentarios la opinión mayoritaria es que gobierne Rajoy, sigue faltando claridad en la estrategia. El paso dado ayer es importante porque erradica el nefasto nihilismo político que impuso Sánchez y no fuerza al grupo parlamentario a una división, lo que supondría de hecho una escisión. El PSOE tiene delante el reto de construir un relato creíble y de apoyar a Rajoy, a la vez que liderar, pese a su debilidad, la oposición.