Cataluña

La Corona y Cataluña

Con calculada discreción, el Gobierno que preside Mariano Rajoy está promoviendo el diálogo en diferentes sectores de la sociedad civil, con especial incidencia en la catalana, para que actúe sin complejos frente al proceso desestabilizador impulsado por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y los independentistas de ERC. En los primeros estadios del desafío pareció razonable, y a nuestro juicio así lo era, que el Gobierno de la nación mantuviera una actitud de prudencia, sin alimentar el maniqueísmo víctimista de los separatistas y cumpliendo a rajatabla con sus obligaciones con Cataluña, una comunidad precisada del apoyo gubernamental, como otras muchas autonomías, para hacer frente a sus problemas de tesorería y descrédito en los mercados financieros internacionales. Pero es evidente que no se podía aceptar que el debate se construyera en una sola dirección, en la que el separatismo ocupara todo el espacio público con el uso a discreción del dinero público. Era preciso trasladar a la opinión pública catalana esos ángulos del problema que venían ocultando cuidadosamente los portavoces del separatismo y que abarcan desde la concepción jurídica del Estado hasta las relaciones con la Unión Europea. En esta labor de pedagogía política hay que enmarcar la creciente movilización civil, en la que los empresarios, como agentes sociales principales, están ejerciendo un papel determinante en la construcción del diálogo y, sobre todo, en la articulación de una salida al absurdo empecinamiento de Artur Mas que impida un mayor daño a Cataluña. La Corona, en su papel moderador explícitamente reconocido por la Constitución, no podía mantenerse al margen y, por supuesto, no lo ha hecho. Han sido muchas las iniciativas impulsadas desde La Zarzuela, siempre en coordinación con el Gobierno, con el objetivo de propiciar espacios de acuerdo entre la sociedad catalana, en riesgo de fractura. Dentro de esta labor hay que enmarcar el próximo viaje a Barcelona de Don Felipe, que, además de Príncipe de Asturias también lo es de Gerona, donde, según ha sabido LA RAZÓN, será el invitado de honor en una de las cenas que organiza el conde de Godó, presidente editor de «La Vanguardia», donde se reunirá con un grupo de empresarios. Frente al monólogo que ha pretendido mantener el movimiento separatista catalán, con actitudes excluyentes que rondan la imposición totalitaria, toma impulso el discurso de la racionalidad y del diálogo. Pero, sobre todo, se garantiza al conjunto de la sociedad catalana un derecho del que estaba siendo expoliada: el de conocer todas las implicaciones de la aventura que proponen Artur Mas y Oriol Junqueras. Sin ocultaciones ni tapujos ni interpretaciones sesgadas.