Cataluña
La encrucijada catalana
Aunque en el partido de Artur Mas, CDC, reina lo más parecido a la ceremonia de la confusión, con múltiples portavoces que expresan una idea y la contraria, todo indica que el presidente de la Generalitat se está replanteando su estrategia separatista en el sentido que más puede favorecer a los ciudadanos catalanes y, por ende, a los del resto de España. Ciertamente, el giro político de Más, en el que tanto ha influido su socio de UDC, Duran Lleida, puede acarrear la ruptura del pacto con los republicanos de ERC que, de momento, no se dan por aludidos, pese a la afirmación del presidente catalán de que está dispuesto a cumplir el mandato hasta el final de la legislatura, haya consulta independentista o no la haya, pero no sería ninguna tragedia. También es indiferente a los efectos prácticos si el cambio operado en Mas se debe a una mera táctica de supervivencia o, por el contrario, ha llegado por fin a la conclusión de que había emprendido un viaje a ninguna parte, que sólo podía traer perjuicios a su comunidad. La situación creada ha traído la queja constante de los sectores empresariales catalanes que, como hoy publica LA RAZÓN, no han dudado en reclamar la atención de Su Majestad, que siempre ha mantenido un hueco en su agenda privada para recibir a los preocupados empresarios del Principado. Empresarios que, salvo contadas y muy honrosas excepciones, todo hay que decirlo, han preferido mantener una cierta circunspección frente a los desatinos de los nacionalistas, en lugar de reafirmar públicamente sus posiciones, más aún cuando los intentos de internacionalizar «el conflicto» por parte de Mas aumentaban la desconfianza de los mercados financieros hacia las empresas catalanas, que ya sufrían, como las del resto de España, muchas dificultades para acceder al crédito. Lo señalaba ayer,en Tarragona, en un debate abierto con simpatizantes populares y representantes del tejido empresarial catalán, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy: la falta de financiación es uno de los mayores problemas para afrontar la recuperación económica de España. Reconoció también que hay «dificultades» en la mediación de los créditos ICO, y que aunque hay entidades financieras que los están facilitando, otras son «reacias» a hacerlo, por lo que se les va a reclamar mayor colaboración. Éstos son los problemas que de verdad preocupan a los catalanes, no las ensoñaciones de Mas, que sólo han contribuido a crear zozobra donde debía haber serenidad y han puesto en serio peligro la viabilidad de muchas empresas catalanas con fuertes intereses en el extranjero, a las que los posibles inversores, desconocedores de la realidad española, veían con riesgo de ser expulsadas del euro. Cataluña se halla en una encrucijada y sólo tomará la dirección adecuada siendo fiel a los valores que la han hecho grande como parte de España.
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