Constitución
La polémica de una reforma territorial que no quiere nadie
La encuesta de NC Report que hoy publica LA RAZÓN indaga sobre la percepción que tiene la sociedad española de la Constitución, su vigencia actual y, también, sobre el debate abierto en torno a su reforma. Ya podemos adelantar que, sumadas todas las respuestas, los ciudadanos se encuentran ciertamente cómodos con su Carta Magna y, sobre todo, con el modelo territorial autonómico, tal y como fue diseñado por los padres constitucionalistas en 1978. Por supuesto, una mayoría de los consultados, el 65,7 por ciento, considera que la Constitución se debe reformar, pero, cuando se les pregunta específicamente por las disposiciones que es preciso cambiar o modernizar –la sucesión a la Corona, el Senado, el blindaje de los derechos sociales, el modelo autonómico, las competencias del Estado o el sistema de libertades– , ninguna respuesta supera el 15 por ciento de apoyo. Quiere decirse que la idea instalada en la opinión pública española sobre la urgencia de un cambio constitucional no acaba de materializarse en cuestiones concretas, como si la sociedad fuera, en realidad, a remolque del debate político. Convendría que nuestros representantes parlamentarios tuvieran muy en cuenta este hecho a la hora de abrir una cuestión de tanta trascendencia y que, sin duda, puede provocar tensiones innecesarias. El sondeo refleja, por otra parte, la lógica fractura generacional entre quienes, por edad, pudieron votar la Constitución y quienes no habían nacido o eran demasiado jóvenes. Entre los primeros, el respaldo a la Carta Magna es muy mayoritario, mientras que entre los segundos –los menores de 44 años– son más quienes creen que ha perdido validez. Ahora bien, en el conjunto de la población con derecho a voto, el 57,8 por ciento de los encuestados la consideran perfectamente válida, y sólo un 37 por ciento cree que se debería volver a votar. Es importante retener estas diferencias de opinión, ya decimos que muy marcadas por el factor generacional, porque, frente a la intensa propaganda de los partidos nacionalistas, el sondeo de NC Report demuestra que el conjunto de los españoles, sin distinción de edad, está muy satisfecho con el modelo autonómico consagrado en la Constitución, no cree que sea necesario abordar su reforma y, sobre todo, se muestra contrario a cualquier cambio que suponga establecer desigualdades entre los ciudadanos por razón de su lugar de residencia. Así, a la pregunta de «¿cambiaría el modelo de Estado que recoge la Constitución?», el 68,1 por ciento de los consultados responde negativamente, frente al 21,7 por ciento que dice «sí». Y a la pregunta sobre si todas las comunidades autónomas deben tener el mismo trato, el «sí» es casi unánime: el 81,6 por ciento. Con las respuestas a estas dos preguntas de ámbito general no es difícil adivinar qué opina el común de los españoles sobre la llamada cuestión de Cataluña y el desafío independentista. El 77,7 por ciento se niega a reformar la Constitución para dar más autogobierno al Principado; el 80,5 por ciento está en desacuerdo con que Cataluña sea considerada una nación, y el 81,2 por ciento no cree que se deba reformar la Carta Magna para llevar a cabo un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Respuestas abrumadoramente mayoritarias que, entre otras cuestiones, explican las dificultades que encuentra el PSOE para conseguir explicarse ante la opinión pública y, sobre todo, buscar un encaje a su propuesta de modelo federal.
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