La Venezuela antidemocrática de Maduro

No acepta la derrota. No la aceptaría si fuera por la mínima, pero es que tampoco está dispuesto a echarse a un lado tras su fracaso estrepitoso en las urnas el pasado día 6 de diciembre. El aún presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha «animado» al Tribunal Supremo de Justicia a que suspenda la proclamación de los cuatro diputados electos, tres opositores y un chavista, del estado de Amazonas, donde los comicios del pasado 6 fueron impugnados por el oficialismo. Así las cosas, la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) pasa de 112 a 109 diputados y pierde la mayoría calificada de dos tercios, imprescindible para aprobar reformas de calado. Una estratagema para minar a la oposición y perpetuarse en el poder. Algo similar a la orquestada por Diosdado Cabello, presidente de la saliente Asamblea Nacional, al montar una Asamblea Popular paralela al Poder Legislativo. El próximo día 5 los nuevos diputados tomarán posesión de su escaño. La oposición ha anunciado que acudirán todos sus representantes elegidos, incluidos los que Maduro ha «apartado». El caos económico, político y social que vive el país, en manos de los bolivarianos desde hace 17 años, tiene las horas contadas a la espera de la penúltima escena del culebrón chavista.