El desafío independentista

Los separatistas buscan el «suicidio económico»

La Razón
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Con independencia del fracaso cosechado ayer por las organizaciones separatistas en su intento de descapitalizar a la banca en Cataluña, la sola enunciación de un propósito tan inaudito, rayano en el suicidio económico de la región, debería hacer reflexionar a los ciudadanos catalanes sobre en qué manos delirantes pretenden dejar algunos los destinos de su comunidad. Una medida como la propuesta –la retirada masiva de fondos– no era sólo potencialmente catastrófica en el corto plazo, sino que podía destruir la confianza en la economía de Cataluña de las entidades financieras nacionales e internacionales para las próximas décadas, con inevitables daños en el conjunto de España. En lugar de intentar paliar la comprometida situación actual, con la fuga masiva de empresas a otras partes del territorio nacional –ayer se alcanzó la cifra de 1.200 firmas deslocalizadas– las entidades que impulsan el desafío nacionalista, principalmente Omnium Cultural y la ANC, insisten en el error, con consecuencias en todos los ámbitos. La desconfianza de los ciudadanos, atribulados por la situación, ya ha hecho caer el consumo de los hogares, mientras se desploman las reservas hoteleras. Y, aunque es de esperar que la vuelta a la normalidad democrática y a la Ley permita recuperar el crédito a Cataluña, nadie puede garantizar que ese cambio se produzca en los próximos meses. El daño ya está hecho.