Malta, una oportunidad para la UE

Dicen que los problemas son oportunidades de aprendizaje disfrazadas. Una máxima que haría bien en poner en práctica la Unión Europea, que en los últimos tiempos afronta una crisis tras otra dando escasas muestras de haber aprendido lección alguna. Los jefes de Estado se reúnen hoy en Malta por primera vez desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, con el drama humanitario de los refugiados sin resolver y con el Brexit a la vuelta de la esquina. La idea que subyace a esta segunda cumbre extraordinaria obligada por las adversas circunstancias es que ha llegado el momento de hacer de la necesidad virtud y mostrar unidad de una vez por todas. Ninguna ocasión como ésta para hacer de la UE un proyecto atractivo para los ciudadanos, que se sienten totalmente ajenos a los intereses que se debaten en los despachos de Bruselas. Es indispensable impulsar el empleo y el crecimiento de la eurozona, idear una defensa y una seguridad comunes frente al terrorismo y, al mismo tiempo, dar una respuesta eficaz a los flujos migratorios. Sólo trabajando codo con codo se combatirá con éxito la peligrosa tendencia populista que nos amenaza dentro y fuera de la UE. Cuando está a punto de cumplirse el 60 aniversario del Tratado de Roma, hay que reivindicar los valores que inspiraron el nacimiento de la Unión. Nada hay más poderoso que el respeto a los derechos y las libertades, pero parece que se nos ha olvidado.