Medidas económicas

Más impulso para la economía

Tras la sacudida benefactora y estimuladora del Banco Central Europeo, con su plan de choque para acelerar la recuperación comunitaria, se conoció ayer que el interés del bono español a diez años se situó en el 2,6%, dos décimas por debajo del mínimo histórico, con la prima de riesgo en 128 puntos básicos, en niveles de mayo de 2010. También que el Gobierno había comenzado la devolución de unos 1.300 millones de euros del programa de asistencia financiera para la reestructuración bancaria española «porque la economía puede afrontarlo y para reforzar la confianza», en palabras de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Como hemos repetido con insistencia estos últimos meses, nada sucede por casualidad, ni los milagros son propios de la economía. No se sale del hoyo por un golpe de fortuna. Desde su llegada al poder, el Gobierno puso en práctica una política determinada en un escenario muy concreto y marcó un rumbo sostenido en la consolidación fiscal, el saneamiento del sector financiero y en un intenso programa nacional de reformas estructurales. Todo ello ha deparado un cambio de panorama, que, tras muchos sacrificios y sinsabores, comienza a dar sus frutos. El Ejecutivo –el ministro Luis de Guindos lo recalcó de nuevo esta misma semana– no piensa levantar el pie del acelerador reformista, un criterio compartido por las instituciones internacionales y por el consenso de los expertos. Otra actitud no se comprendería, porque la complacencia y la relajación resultarían regresivas y, sobre todo, un error. En este punto, el Gobierno aprobó ayer un plan para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia que movilizará 11.000 millones de euros por distintas vías. Se trata de 40 medidas que tienen objetivos específicos como aumentar los préstamos financieros de la economía productiva, mejorar la regulación de la financiación, la reestructuración de la deuda empresarial y la iniciativa emprendedora, entre otros. En este marco, resultan especialmente relevantes el nuevo plan PIVE para el sector de la automoción y el papel del ICO, que prestará 25.000 millones de euros en 2015, un 25% más de lo previsto para 2014 y un 80% superior a lo que destinó en 2013. Con planteamientos de este calado se cumple el objetivo de alimentar una dinámica favorable y de aprovechar la inercia propiciada por la propia política económica del Ejecutivo. Los resultados llegan, pero todavía en un flujo y una intensidad insuficientes frente a los daños ocasionados por una crisis y una recesión tan agudas. Por tanto, es preciso perseverar en la línea escogida y cebar el sistema para evitar que se trabe. Este plan cumple esa misión, pero sin olvidar que tan decisivo como las medidas que contiene es mantener la convicción de que, pese a los avances, el trabajo está todavía por hacer.