Papel
Pactos por la estabilidad
La decisión de Susana Díaz de adelantar las elecciones andaluzas al próximo domingo fue una medida audaz. Por un lado, suponía tomar la iniciativa en el tablero político español y marcar un perfil de líder que no esconde sus ambiciones; por otro lado, se trataba de convertir a Andalucía en un laboratorio en el que ensayar nuevas alianzas en un momento en el que irrumpen fuerzas hasta ahora inéditas en el mapa político. Por lo tanto, la decisión de Díaz no sólo buscaba tomar la iniciativa y asegurar para el PSOE el Gobierno de Andalucía, que también, sino también condicionar los pactos que pudiesen alcanzar las dos fuerzas emergentes, Ciudadanos y Podemos. Hasta ahora, todas las encuestas dan como vencedores a los socialistas, aunque no conseguirían la mayoría absoluta. Según la última encuesta de NC Report para LA RAZÓN, el PSOE conseguiría entre 43 y 45 escaños, lo que supondría quedarse a 11 de la mitad más uno. El PP quedaría como segunda fuerza, aunque hay todavía una cifra muy alta de los encuestados que se declaran indecisos, por lo que sería prematuro cerrar el escenario político andaluz. Lo que sí puede entrar dentro de los planes de la presidenta andaluza como segunda parte de su estrategia, aunque el Parlamento andaluz se constituya el 16 de abril, sería retardar su investidura hasta el 15 de junio. Posponer tres meses su reelección en San Telmo no supondría ningún contratiempo en el día a día del Gobierno, ya que la presidenta andaluza rompió su pacto con IU el pasado 25 de enero tras aprobar antes los presupuestos generales. Si Susana Díaz, por tanto, aplaza su investidura hasta el 15 de junio, algo que por ley puede hacer, supondría que el futuro Gobierno andaluz y los posibles pactos se harían públicos después de las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo, lo que no comprometería las alianzas futuras del PSOE. Después de todo, esta decisión no sólo favorecería a los socialistas, sino que ningún partido estaría dispuesto a prestarle su apoyo –sea con el voto favorable o con la abstención–, antes de las autonómicas y municipales. En Andalucía está en juego la estabilidad política nacional. No hay que olvidar que la indefinición calculada de Podemos en asuntos capitales o el lema de acabar con el «régimen del 78» pueden encontrar eco en determinado electorado, pero su viabilidad en la política real es nula. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dejado muy claro que asegurar la gobernabilidad es lo fundamental en estos momentos. Es decir, que gobierne la lista más votada y que ésta se asegure la estabilidad. En una entrevista en Onda Cero fue incluso más allá cuando dijo: «Si ellos nos respetan en unos sitios, nosotros lo haremos en otro. No intentaremos forjar ninguna coalición contra la lista más votada».
✕
Accede a tu cuenta para comentar